Ensayo anti-calor

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El estúpido calor neutraliza la vitalidad. A todo aquel defensor del calor le voy a meter un refrigerador por la nariz. 

La deidad culpable merece castigo. Un tal Caldeus o Deus Caldo. Estoy al mando de una misión especial encargada de inutilizar la navaja del sol. En las próximas semanas el calor será erradicado indefinidamente. 

Hemos recibido quejas del Consejo de Playas y Chapoteaderos. No soportaremos que nuestros televisores al aire libre permanezcan chamuscados entre los restos de pollo, cangrejo y sandalias raídas. 

Me he comprometido a reblandecer la opinión pública basándome en la supremacía del Ayuntamiento de Frialdad y Congelación de Patios, Mujeres y Niños. Debatiré con sustento en el siguiente decálogo a la negación del bochorno.

Transcribo:

1) Sofocado bajo un sol no me concentro.
2) Casi me derrito anoche.
3) No me atrevo a insultar un fenómeno natural.
4) Del frío no me quejo, todavía.
5) El aire acondicionado es un beneficio del que abuso. Resguardarse del calor es una adicción.
6) Se han cometido actos deleznables bajo la influencia del calor. (Léase El Extranjero)
7) El sudor es un desgaste que debería invertirse únicamente (o más) en follar o encarcelar bandidos.
8) La distracción provocada por el calor incita al alcoholismo y el ocio.
9) El calor erosiona el cuero cabelludo. 
10) Las fuentes de irrigación se desperdician debido a la evaporación inminente e inmediata en ambientes con altas temperaturas.

Los termómetros exageran. ¿Por qué debemos respetar el calentamiento de los objetos negros ? Exhorto al mundo a que nos levantemos en armas contra la radiación solar. Deslindémonos del carro de Faetonte. Hagámoslo caer con nuestra desdicha e indignación. Prendámosle hielo (lo contrario, aunque suene ambiguo) a nuestras colchas y trepemos las antenas parabólicas para desnucar el potencial de la malnacida estrella, frívola, que nos han impuesto como una corona de hornillas. 

No confundan la apatía con calentura. No confundan la irritabilidad con el asco. Alcemos nuestros taciturnos ventiladores para convocar una asamblea. Podemos arrebatarle los cerillos. Podemos infiltrarnos en el núcleo de espinas y cortar su intestino hasta sentenciar su destitución. 

El calor sentirá la humillación de la podredumbre. No sin antes disculparse con hospitales y lupanares, porque su ausencia incrementará la inversión de bienes raíces en el sector árido.

Con sinceros anti-lanzallamas,
Su comisionado del Departamento de Sumisión al Frío.

Ing. Ñándalo Mansé.