Conversar apresurados
soltando soplidos suavizantes.
Agrios labios
acarician las sinuosas tuberías,
más lento,
alentan péndulos.
Devolver la cortina del cansancio
al cofre de la decepción.
Me he convertido en una máscara,
un lago de carne
que opaca síntomas polvosos.
Desilusióname repetidamente.
Tus engaños de otoño,
la portezuela del granero,
luna enlodada,
un guante deshilachado.
Quiero incinerar lo nuestro,
el huracán se tornó un engaño.
Trepanar los recuerdos
para remediar el temblor
y refrigerar mi inquietud.
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